SALUT MENTAL

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martes, 27 de marzo de 2012

FÁRMACOS QUE SE USAN EN PSIQUIATRÍA-3

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Hay personas que aceptan más bien que otras el tomar medicación que puede que les afecte de manera importante en su vida hasta el punto que tengan que cambiarla en mayor o menor medida.

Aquí más que en ningún otro momento del tratamiento precisaremos de la colaboración activa de quien tiene el problema y de sus allegados íntimos.

Convencer a alguien que su vida quizás no vuelva a ser la de antes y que habrá de hacer cambios quizás importantes a todos los niveles, como ocurre en la patologías mentales mayores, y que habrá de tomar una medicación que quizás le afecte en la capacidad de concentración o en la memoria o en el sexo o en la agilidad, cómo expondremos más adelante, desencadena un proceso similar al duelo donde se suceden las etapas más bien una con otra que unas después de otras: negación, indignación, pactos y aceptación.

Ello entraña riesgos importantes de recaídas por abandono o mal uso de los fármacos que se le han prescrito. La negación, la rebeldía y el pacto (si dejo de tomar la medicación y me cuido, no me pasará más) siempre se reflejan en la conducta de la persona a seguir un tratamiento “por mucho tiempo”.

Para minimizar el riesgo del incumplimiento silencioso o confabulado (con un familiar) del tratamiento farmacológico hay que hablar mucho del tema con el paciente y sus familiares. Hay que estar encima del caso, hay que estar disponible a escuchar y a atender a la persona por teléfono como mínimo. No hay que desfallecer como profesional en las recaídas por mala conciencia de enfermedad. Hay que aprovechar cada una de ellas para insistir en la necesidad de seguir el tratamiento farmacológico. Hay que ayudar al paciente en este momento (que pueden ser años) entre el paso de ser víctima de la enfermedad a convivir con ella.

Los principales efectos indeseables de los fármacos usados en psiquiatría mayor:
Aquí referiré lo que la experiencia clínica me ha aportado y no lo que dicen los prospectos.

1.   Sedantes y antipsicóticos:
a.   La mayoría producen somnolencia en los primeros días. Pero se tiende a dormir más si uno no se activa.
b.   La mayoría producen alteración de la concentración y de la memoria. Lentifican el pensamiento.
c.   Un porcentaje alto (30% más o menos) producen efectos extrapiramidales y otros de neurológicos: inquietud motriz, temblores, rigidez muscular.
d.   La mayoría producen aumento de peso.
e.   Suelen contribuir a la enuresis (hacerse pipí) nocturna.
f.    Pueden producir ansiedad.
g.   Como que hay lentificación de los reflejos se recomienda no conducir mientras no se compruebe que la persona es apta en su nueva circunstancia.
h.   Se potencian con otros depresores del sistema nervioso central (la mayoría de los fármacos de los cuales hemos hablado, el alcohol y las drogas).
i.     Algunos en los que está disponible la monitorización de sus niveles en sangre por la seguridad social, hay que hacerlo. Ejemplos son el Leponex (Clozapina), el Tegretol (Carbamazepina), el Depakine (Valproato), el Plenur (Lítio). Ello se debe a su toxicidad directa o hematológica o hepática (fundamentalmente).
j.     Un alto porcentaje afectan a la líbido o producen dificultad de erección, lubricación o anorgasmia.

2.   Benzodiacepinas y otros ansiolíticos a dosis justas:
a.   Adictivos.
b.   Soñolencia.
c.   Crean tolerancia: ello implica que con el tiempo hay que aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos.
d.   Alteran poco la libido o las capacidades sexuales.
e.   Son propensos a la automedicación y al abuso.
f.    Generan dependencia. Ello indica que la persona puede estar tomándolos porque si no lo hace se encuentra mal física y psíquicamente. La dependencia que generan es parecida a la del alcohol.

3.   Antidepresivos. La mayoría produce efectos indeseables de corto plazo (una semana). Por ello es muy importante escalar la dosis poco a poco:
a.   La mayoría produce aumento de peso.
b.   La mayoría aunque van muy bien para dormir, producen sueños intensos y vívidos (generalmente descritos sin ansiedad).
c.   Unos producen estreñimiento y otros laxan, pero suele ser efectos limitados.
d.   La mayoría producen hipotensión.
e.   Hay pocas ocasiones en que producen hipermenorrea (reglas muy largas). En ese caso hay que pensarse muy bien qué hacer ya que cuando ello se produce, lo suelen producir todos.
f.    Aunque sean buenos ansiolíticos, al principio de la escalada de la dosis y durante un tiempo es bueno adjuntar un ansiolítico suave de poca capacidad adictiva.
g.   En algunas personas (un 10% más o menos) producen temblores y/o sequedad de boca.

En general, es raro no conseguir introducir un antidepresivo si hay colaboración entre médico y paciente, y el  médico sigue de cerca la pautación en escalada.

El peor efecto indeseable de los antidepresivos es el síndrome de retirada. La gente generalmente confunde ello con una dependencia farmacológica. Ello es un error ya que, si bien el dejarlos de golpe produce en la inmensa mayoría de las personas una serie de síntomas físicos (y menos de psíquicos), no ocurre el fenómeno de la tolerancia, ni el de la búsqueda de la substancia. Los antidepresivos, igual que se ponen poco a poco, se retiran aun más poco a poco.

Si tienes alguna duda o pregunta en concreto son este capítulo, publícalo y te responderé gustoso.

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