SALUT MENTAL

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viernes, 30 de noviembre de 2012

ANOREXIA, BULIMIA y TRASTORNO POR ATRACONES-1

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Los trastornos de la alimentación en adolescentes, jóvenes y adultos son en su mayor parte de causa psicológica.

Es decir la persona siente la necesidad de adelgazar, no engordar o comer compulsivamente.

Las causas suelen ser una mala concepción de la autoimagen física, la realidad de un sobrepeso u obesidad o la manifestación de la ansiedad.

Los riesgos físicos de dichos trastornos son muchos y evidentes: desde al adelgazamiento extremo a las técnicas usadas por quienes padecen estas enfermedades para conseguir su objetivo: la pérdida de peso.

Es una enfermedad que puede ser mortal y no tan solo por la caquexia extrema (adelgazamiento incompatible con la vida), sino por otros desequilibrios que se producen (pérdida de iones) o la deshidratación (abuso de laxantes y diuréticos).


Concepto de Anorexia, Bulimia y atracones

Suele haber una gran confusión entre el concepto de anorexia y el de bulimia.

La gente suele entender por anorexia el adelgazamiento y por bulimia el vomitar después de ingerir comida y ello no es correcto en absoluto.

Exponemos la definición que nos da el DSM-IV-TR de cada una de estas patologías reconocidas:

Anorexia: “Las características esenciales de la anorexia nerviosa consisten en el rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal, en un miedo intenso a ganar peso y en una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo. Además, las mujeres afectas de este trastorno, aunque hayan pasado la menarquía (primera regla), sufren amenorrea (dejan de tener la regla). (El término anorexia es equívoco, porque es rara la pérdida de apetito.)”

Bulimia: “Las características esenciales de la bulimia nerviosa consisten en atracones y en métodos compensatorios inapropiados para evitar la ganancia de peso. Además, la autoevaluación de los individuos con esta enfermedad se encuentra excesivamente influida por la silueta y el peso corporales.”
Las diferencias para uno u otro diagnóstico es básicamente que en la Anorexia se pierde peso, mientras que en la bulimia el peso puede considerarse normal o haber sobrepeso u obesidad.

Pérdida de peso y amenorrea: fijémonos que estas son las características esenciales para definir una anorexia. La pérdida de peso se define como tener un Índice de Masa Corporal (IMC) inferior a 17,5 kg/m2. El IMC se obtiene dividiendo el peso de la persona desnuda entre su altura en metros elevada al cuadrado (multiplicada por ella misma). Ejemplo: una persona que mida 1 metro setenta y pese 68 Kg, tendrá un IMC = 68/1,702 = 68/2,89 = 23,53 Kg/m2. Para seguir con la información, se considera obesidad a partir de un IMC de 30Kg/m2; ello equivale a medir 1,70 metros de altura y pesar 86,70Kg.

Por amenorrea entendemos la falta de la menstruación en una mujer que haya menstruado previamente. Dicha falta de menstruación no se puede atribuir a otra enfermedad y ha de ser como mínimo de 3 periodos seguidos de falta de menstruación.

Anorexia o Bulimia: no se puede diagnosticar una bulimia si se cumplen los criterios mencionados en la Anorexia. Es decir, ello significa que si una persona se da atracones y luego intenta medidas compensatorias a la ingesta de alimentos, si el resultado es la pérdida de peso hasta IMC inferiores a 17,5 Kg/m2 y a más a más, ha estado un mínimo de 3 periodos seguidos sin la regla (si es mujer), no hablaremos de bulimia sino de anorexia.

Atracón. El DSM-IV-TR nos define como atracón: “el consumo a lo largo de un período corto de tiempo de una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de los individuos comerían”. Además “Los atracones no tienen por qué producirse en un solo lugar; por ejemplo, un individuo puede empezar en un restaurante y continuar después en su casa. No se considera atracón el ir «picando» pequeñas cantidades de comida a lo largo del día.” y además suele ser comida con alto contenido calórico (dulces, helados, etc).”   Pero, recordemos, tanto hay atracones en la anorexia como en la bulimia.

Métodos compensatorios: son las conductas que ejecuta el individuo para conseguir su objetivo (pérdida de peso o no engorde). Hay que diferenciar este concepto o técnica conductual con el “no comer o comer muy poco”. A ésta conducta se la llama restrictiva.

Las conductas restrictivas implican además el concepto de vigorexia o exceso de ejercicio físico.

Es decir, no tan solo intentan no comer o comer muy poco y de bajo contenido calórico que pueden ayudarse con el exceso de ejercicio físico sin compensación calórica (de los pacientes con anorexia que he conocido todos subían y bajaban por las escaleras desde el quinto piso donde yo tenía el despacho).

Los métodos compensatorios (purgas) son variados y siempre van encaminados a eliminar el “exceso” de comida; y lo entrecomillamos ya que no tiene porque tratarse de un atracón, sino que lo desencadena la creencia de que se ha de eliminar las calorías que se han ingerido, sean muy pocas o muchas (atracón).

Las purgas implican la evacuación del contenido digestivo, bien a través del vómito, bien a través de la defecación o bien a través de la micción. A tales efectos se provoca el vómito inmediatamente después de comer (o del atracón, en su caso), se usan laxantes o se usan diuréticos. El abuso de dichas técnicas es uno de los causantes más comunes de los ingresos médicos hospitalarios debido a la pérdida, no tan solo de nutrientes, sino de iones indispensables para el funcionamiento de nervios, músculos y cerebro (entre otros), así como del riesgo de deshidratación.

La autoimagen física. Esta es la causa y objetivo tanto de la anorexia como de la bulimia. A ojos de un observador imparcial encontramos:

La delgadez: es decir, cuando objetivamente la persona está demasiado delgada por lo que socialmente se acepta como “normal” pero ella sigue encontrándose “obesa” o “desproporcionada”. Hay un experimento simple que consiste en suministrar a una persona anoréxica o bulímica un metro de modista y pedirle que nos indique la circunferencia de su cintura. Siempre la creencia de la persona exagera con la realidad. Por ejemplo, la persona piensa que tiene una cintura tal que medida en centímetros resulta de 90 cm pero cuando le pedimos que mida realmente su cintura, resulta ser de 80 cm.

Otro método es pasar fotografías de personas de diferentes pesos y pedirle que nos indique con cual identifica su imagen; aquí también siempre hay una distorsión hacia el exceso y se sorprenden cuando comparamos la imagen escogida con su propia imagen fotografiada.

Y lo mismo pasa con partes del cuerpo que la persona con autoimagen distorsionada nos manifiestan que son “reprobables”: caderas, senos, muslos piernas, cuello, brazos, barriga.

El normopeso: Le ocurre lo mismo pero se siente y ve gord@ (bulimia)

El sobrepeso: cuando realmente hay un sobrepeso (bulimia).

Recalquemos para finalizar la presente entrada que la bulimia no consiste simplemente en vomitar y que el vómito lo presentan tanto la bulimia como la anorexia.

jueves, 15 de noviembre de 2012

PERSONALIDAD OBSESIVA 2/2

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4.- Agresividad encubierta (violencia verbal vs educación sublime). Las personalidades obsesivas se presentan con una educación exquisita. Son afables, cordiales, de vestir bien combinado sin extravagancias. Ordenados, pulcros y limpios. De buen trato para los demás, se les suele tener por bien considerados.

Todo ello forma parte de su vestimenta afectiva interna.

El problema aparece cuando la relación de confianza es profunda. Entonces aparecen la disciplina, las exigencias y un desequilibrio entre los conceptos de paciencia y alteración. Se vuelven fluctuantes en los extremos. Aparece el blanco y el negro en la relación.

Generalmente acaban encontrando una especie de Pincho Tirano u oveja negra en su vida. Este otro ser, acaba siendo el recipiente de toda la agresividad contenida que presentan.

Es en este tipo de relaciones, íntimas y profundas, cuando la personalidad obsesiva pierde el control y emana de ella lo más grotesco: insultan, gritan, acusan sin parar, muestran su desprecio al otro, humillan y hieren de manera contundente.

El yin y el yang en todo su esplendor límite.

5.- Dificultad en tomar decisiones. Si bien aparentan seguridad personal y asertividad, en situaciones en las cuales no tengan experiencia se sienten mucho más desbordados que otras personalidades menos miedosas. El miedo a decidir deviene del miedo a hacerlo mal. Lo ocultan pero rige su interior. Ello les lleva a sensaciones de “callejones sin salida” donde les faltan las instrucciones del manual de resolución de problemas.

Al haber dedicado toda su vida a aprender a prevenir el errar a través de hacerse con una serie interminable de normas, no han aprendido a ser creativos y temen en extremo arriesgarse.

6.- Dificultad en abandonarse, tanto en las relaciones como en sí mism@. Son personas que temen perder el control de sus afectos y acciones. Perder el control es hacerlo mal ya que para hacerlo bien han introyectado que hay que supervisarse constantemente.

Ello se expande a todas las situaciones sociales e individuales. Se sigue la ecuación “a mayor auto-control menor posibilidad de hacerlo mal”.

Claro que ello conlleva un nivel de energía interna no descargada que la persona se convierte en una olla a presión. Ello ya lo hemos explicado en el punto 4.- de la presente entrada.

Pero hay conductas en las que la persona quisiera abandonarse pero no puede por sí misma. Entre estas conductas está la sexual. La conducta sexual en el capítulo de las relaciones sexuales, impone un “dejar de controlar” para poder sentir el placer. Ello explica que en el sexo femenino se exprese la anorgasmia.

También lo detectamos en el uso de desinhibidores sociales como el alcohol o la cocaína. El alcohol inhibe la vergüenza (sentimiento de que uno hace, dice y piensa mal) y ello les da una ventana de respiro. Claro que luego puede que aparezcan los remordimientos estableciéndose así un patrón de “pecado”.

Explicamos así como una persona obsesiva no puede sentarse en el sofá a leer si en su radio de visión aparece algo que distorsiona el orden impuesto. El obsesivo no puede abandonarse si hay algo que pueda estar mal.

7.- Falsa modestia, poco aguante temporal en las interacciones. No buscan los halagos, ni les gusta que se los hagan. Esta aparente modestia deviene de que su máxima interna es la de no hacer las cosas mal. Luego el hacerlas bien se considera lo normal y no merece premio. Ell@s temen como ya hemos repetido la crítica negativa. En su educación no han estado acostumbrados a recibir alabanzas ni felicitaciones.

Sus interacciones (discusiones) con los demás suelen acabar, si hay suficiente confianza, en la desvalorización del otro o en un silencio bloqueante si consideran al otro “superior”.

Son hábiles y rápidos en el enfado cuando creen que se les lleva la contraria y a la vez tienden, cuando hay confianza, a dictar al otro lo que ést@ tiene que hacer en cada caso. Pueden ser muy rígidos e inflexibles en sus opiniones y creencias, no aceptando otros puntos de vista. La razón sigue siendo la misma: el miedo a que le digan que lo hace mal. Ante la sospecha de críticas u otros puntos de vista, si hay confianza, lo subsanan con una desvalorización del otro y si hay temor por la superioridad que le concedan al otro, la reacción suele ser de bloqueo o asentimiento o consentimiento.

8.- dificultad para pedir ayuda. Emparentado con el punto 7, el pedir ayuda para ell@s es signo de debilidad y de no saber hacer. Pedirán consejo o ayuda si se sienten seguros de que la otra persona no lo tomará como una debilidad y siempre que no consideren al otro inferior a ell@s.

Prefieren pedir ayuda o consejo o asesoramiento a desconocidos con categoría técnica. Y aplicarán los mismos sin plantearse la lógica o no de lo que se les recomiende. Es como si buscaran manuales para solucionar problemas.

Recordemos que las situaciones problemáticas en las que hay que tomar una decisión son muy débiles ya que temen en extremo equivocarse (hacerlo mal). Pueden llegar fácilmente a bloquearse pues suelen explorar internamente todos los posibles errores en cuanto a la decisión que piensen tomar. Como es lógico en una decisión siempre se arriesga ante lo desconocido y no son personas que les guste apostar por miedo a perder (hacerlo mal).

Es como si tuvieran internamente una guía protocolizada para las situaciones problemáticas o dicotómicas que nos presenta la vida. Si en dicha guía no hay una definición de los pasos a dar en una situación determinada, suelen reaccionar con ansiedad y tender a la inmovilidad.

9.- Compartimentación de la memoria. Se comenta que las personalidades obsesivas tienen la memoria compartimentada. Ello significa que no siempre tienen a su disposición todo el contenido mnésico para poder comparar y sacar conclusiones de forma abstracta. Por ejemplo pueden sustentar un argumento en una ocasión determinada pero en otra, pueden sustentar el argumento contrario. Pueden también olvidarse de forma selectiva de eventos acaecidos importantes cuando conviene “esconder” una experiencia fallida o “errónea”. En este sentido sorprenden al interlocutor el cual recordará bien un evento importante, mientras que el otro, siendo y todo el protagonista de dicho evento, no recuerda nada de nada.

Estas zonas “ocultas” de su memoria sirven para hacer más soportable su vida “sin errores”.

Por la misma razón les es muy difícil modificar conductas que se demostraron en su momento inválidas o erróneas. Ello es así porque uno de los mecanismos defensivos o de resistencias que tienen es el de pasar al subconsciente experiencias negativas (erróneas).

Y paradójicamente suelen repetir una y otra vez conductas que no tienen para ell@s el resultado apetecido. Al “olvidar” la experiencia, repiten una y otra vez su protocolo conductual. A veces, cuando son conscientes por fin de ello, extinguen la conducta.

La extinción de las conductas es algo habitual en dichas personas. Ello se debe a que al no encontrar una respuesta sin errores, prefieren abandonar la conducta que no probar otras respuestas. El miedo al cambio es una de las características más relevantes. El miedo al cambio indica el temor a la pérdida de seguridad. Los resultados de un cambio no se encuentran en el manual o guía conductual de quien lo ha de llevar a cabo y la incertidumbre les aterra; de ahí que sean tan inflexibles en su conducta.

10.- Tendencia a “asegurarse” el futuro. La argumentación a dicho punto deviene de todo lo dicho más arriba. Para ell@s la incertidumbre es fuente de ansiedad y pensamientos rumiativos; luego cuanto más seguro (estático, predecible, sin avatares) sea su sistema de vida, más bien se sienten. Ello demuestra la necesidad de control que sienten estas personas.

La falta de control puede determinar un imprevisto y ello significa en primer lugar, un error y en segundo lugar significa tener que decidir ante lo azaroso.

Así el obsesiv@ extiende su conducta a todos los aspectos de su vida, tanto privada, como familiar, social o formativo-laboral. Prefieren un estilo de vida conservador y sin sorpresas.

La necesidad de control para evitar el hacerlo mal es lo que caracteriza más a dichas personas. Un sitio para cada cosa, un momento para cada devenir, una acción para cada situación. Orden, orden y más orden. El orden previene el caos y el caos les provoca  inseguridad extrema.

La primera entrada de las personalidades obsesivas la encontrarás en: http://projecteoriol.blogspot.com.es/2012/11/personalidad-obsesiva-14.html

martes, 13 de noviembre de 2012

ESQUIZOFRENIA, CHISTE



LA ESQUIZOFRENIA LA INVENTÓ UN SEÑOR
que parado en un parque vió a dos que se decían uno al otro:
Uno: Lo vés?
Otro: No. Y tú, lo oyes?
Uno: No.
Lo que no sabía el señor es que el primero era sordo y el otro ciego.
JAJAJA!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

PERSONALIDAD OBSESIVA 1/2

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Este es otro grupo de personalidades que se encuentran por doquier en términos de inter-normalidad y anormalidad.

Más frecuente en las mujeres según mi experiencia pero ello no quita de que en el sexo masculino también la encontremos. Con todo hay diferencias entre ambos sexos en cuanto a sus manifestaciones, que no sus motivos.

El rasgo nuclear de este trastorno es el miedo a hacer las cosas mal. En este sentido es una de las personalidades más fáciles de detectar.

Se le llama obsesivo por qué su conducta siempre va dirigida hacia el objetivo de que no pueda ser criticada por los demás en el quehacer de su día a día. Dicho deseo se convierte en obsesión vital y dicha obsesión implica que la persona se desnaturalice como ser pluridimensional.

Me explico. A las personas en general les mueven diferentes objetivos en función de la tarea o momento vital que se les presenta. Lo normal es que los objetivos sean variados y no se encuentren mediatizados por una sola regla interna. Dicha regla imposibilita otro nivel de satisfacción que el comentado: no hacerlo mal.

Veamos cuál es la clínica (manera de manifestar la personalidad) de una persona obsesiva.

CLÍNCA
Para entender cómo son estas personalidades definiremos primero lo que se considera su vertiente patológica: el trastorno obsesivo-compulsivo de la perosnalidad.

El DSM-IV brinda las siguientes características (algunas o todas) para definir este tipo de personalidad:

“Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos como indican 4 o más se los siguientes ítems.

(1) preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.

(2) perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas).

(3) dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes).

(4) excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no atribuible a la identificación con la cultura o la religión).

(5) incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental.

(6) es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.

(7) adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.

(8) muestra rigidez y obstinación”

Recordemos que una personalidad patológica lo es siempre y cuando su manera de ser le conlleve problemas individuales, familiares, sociales, formativo-laborales o legales.

Ello lo comento porqué las personalidades obsesivas tienen algún o algunos rasgos de los descritos pero en general no tienen problemas incapacitantes a los niveles de relación descritos en el anterior párrafo.

Una vez visto y dicho lo anterior, pasemos a describir lo que los ojos de un observador cualquiera podría decirnos de dichas personalidades:

1.- Les horroriza salirse de su propio concepto de orden y limpieza. Y digo su “propio concepto” porqué tiene peculiaridades personales. Por ejemplo: hacer la cama de una determinada manera, ordenar objetos en una determinada secuencia, guardar la ropa plegada o en colores, o según cualquier otra secuencia que a él o ella le parecen bien. Si algo se sale de su configuración mental de su orden y su grado de limpieza, han de arreglarlo pues se sienten mal por dentro. Ello ocurre en detalles tan nimios como puede ser la longitud del papel de wáter que ha de sobresalir del rollo.

El propio orden espacial se convierte en un remanso de calma para la persona.

A veces exponen su lógica para sus pautas de orden y limpieza. Lógica que es lógica (valga la redundancia) pero que destaca por ser la única válida (en el sentido de provocarle paz) para ell@s.

La sensación de paz que buscan es de hecho el evitar el desasosiego que les produce la pérdida o rotura de su orden. Es decir, más que una sensación positiva es un evitar la sensación negativa.

La ruptura de su equilibrio externo íntimo (casa, despacho, coche, etc.) se deduce por el pánico a perder su seguridad y ello se deriva del pánico a que se les diga que lo han hecho o lo hacen mal.

2.- Inseguridad personal ante las personas que pueden juzgarle por su superioridad. Esta característica puede percibirse de entrada como timidez y tiene que ver con ella (ver: http://projecteoriol.blogspot.com.es/2012/10/la-timidez-personalidad-evitativa-13.html) ya que la persona obsesiva al temer que le digan que lo hace mal (no vale, no está a la altura) suele inhibirse ante el otro pero si nos fijamos un poco más, veremos que el tímido teme que los otros no le valoren, mientras que el obsesivo teme que los otros le digan que lo hace mal; aunque no lo parezca, la diferencia es clave ya que el obsesivo sabe que vale (aunque pocas veces acepte cumplidos).

El obsesivo es un empleado perfecto siempre y cuando siga considerando a su jefe superior y no se le pida que tome decisiones urgentes.

3.- Desprecio a los que considera inferiores (que lo hacen siempre mal o no suficientemente bien). Aquí hay uno de los síntomas o rasgos que mejor los definen. Y ello no significa que vayan agrediendo a nadie, solo lo harán con los que tengan más confianza; con los demás harán el paripé.

Pero con los subordinados, con las parejas más débiles, familiares o hasta con amigos más débiles pueden ser unos verdader@s déspotas.

Son de los peores jefes que existen. El error de los demás les indigna mucho y vierten en ellos la rabia que sintieron ell@s al ir forjando su personalidad. Al no ser tolerantes con sus propios errores lo son aun menos con los de los demás. Pero no lo mostrarán con cualquiera, solo lo harán ante quienes saben que se someterán. Y si pueden lo harán en privado para que nadie pueda decirles que “se han pasado” o que “han hecho mal”. Su desprecio suele ser la ignorancia o el ninguneo del otro pero también pueden ser de una mordacidad verbal muy hiriente.

No son malos porque sí, son malos porque fueron malos con ell@s y les enseñaron que el error es lo que vale.

Seguimos con más características en la próxima entrada: http://projecteoriol.blogspot.com.es/2012/11/personalidad-obsesiva-24.html